20 Miradores

La situación actual del cauce del río Vinalopó propicia dos escenarios claramente diferenciados, transversalmente se produce una conexión a nivel urbano, en el nivel superior hay un claro vínculo ciudad-ciudad (vinculado a la red viaria, número importante de puentes), longitudinalmente, se produce una continuidad de espacio recorrible, donde se impone el uso deportivo, de forma que lo uno no participa de lo otro, la ciudad vive, en cierto sentido, a espaldas del cauce. En muchas partes de la trama urbana se advierte cómo el río se considera una trasera, un espacio marginado, pero que contiene un potencial ambiental enorme.

El proyecto pretende entrelazar estos dos niveles, de forma que el río se desborda por la ciudad, atrayendo hacia sí mediante unos tentáculos vegetales. La intervención se basa en el tratamiento de bandas transversales que conectan espacios públicos de espaecial interés en la ciudad. Estas bandas atraviesan el río en su nivel intermedio de forma que donde antes la ciudad pasaba SOBRE el río ahora pasará A TRAVÉS del mismo.

El rio se apropia de la ciudad y la ciudad nutre los escenarios proyectuales del río, acondicionando plazas más próximas al ámbito urbano, donde se introducirán programas de ocio con la intención de que su uso de diversifique en el tiempo, poniendo en valor espacios que hasta ahora han funcionado como traseras, o recuperando espacios históricos como la muralla medieval, redefiniendo la relación con los edificios históricos del Molino del Real o el Palacio de Altamira o definiendo las bases donde apoyarse las trazas de la ciudad en los extremos del proyecto.